A TRES DÍAS DE IRNOS

21 Jun

Como predije en el pasado post, la semana ha sido de lo más intensa.Y eso que ni siquiera ha acabado.

El lunes fui a ver el libro de prueba a la editorial y me quedé gratamente sorprendida por la calidad del mismo. Había mega-subestimado el resultado, esperando incluso encontrarme alguna hoja del revés y no sólo estaba todo correctamente colocado, sino que habían utilizado material muy pero que muy decente. Y yo, felicísima, por supuesto.

 

Al día siguiente me despedí de la clase de inglés y casi me voy de allí llorando. Me hicieron dar un speech de despedida y varios compañeros se levantaron también a decir algunas palabras. La profesora llamó al manager de la academia y además de hacernos unas fotos, me regalaron un libro y una pulsera. Si me hubiesen dicho dos semanas antes que eso iba a ocurrir, no me lo habría creído, ya que a veces peco de demasiado sincera. Déspota, si me apuras. De hecho, habría puesto la mano en el fuego por que me echaran, antes que por que eso ocurriese.

Pero creo que todo el paripé tuvo lugar, entre otras cosas, porque la profesora descubrió que le iba a regalar mi portátil antiguo a un chico de clase al que apenas conocía. Y eso le llegó dentro. Descubrió que bajo mi mal genio, había un corazón. Incluso habló de mi como de un ser espiritual y me prometió que escribiría un poema sobre ello.

Desde luego que podría haber sacado algo por el ordenador, pero aquel chico había dejado claro que no tenía. Venía de una familia humilde, puesto que también confesó que su cuñada había vendido sus joyas para pagarle los estudios. Así que, aunque no sabía ni su nombre, y lo único que había recibido de él había sido un par de eructos, una vez que se sentó a mi lado en clase, me sentía en la obligación de dárselo.

Por supuesto, mi gesto fue sobrevalorado, ya que en nuestro país, seguramente si hubiese querido regalarle ese ordenador a alguien, me lo hubiesen tirado a la cara. Pero claro, imaginad al chico que lo recibió. Creo que desde ese día tengo cabida en sus oraciones. Hasta me escribió un mail desde el ordenador, invitándome a su casa a conocer a su mujer. Quizá si hubiese tenido tiempo.

El miércoles fui a Parrys a por material escolar para el orfanato. No sé si alguna vez os he hablado de este barrio, pero poco tiene que ver este lugar con la ciudad de la luz (París). Ya he ido dos o tres veces y nunca deja de sorprenderme la miseria de ese sitio, tan diferente a lugares por los que normalmente nos movemos en Chennai.

Allí hay innumerables chabolas donde tienen cabida tanto cabras como personas, ricskshaws por doquier, ancianos realizando trabajos forzosos, calles estrechas por las que apenas se puede caminar por estar atestadas de basura, vehículos de toda índole y gente… En fin, podemos decir que la India profunda se encuentra allí.

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Mientras me preparaban el material escolar, se me ocurrió ir a darme una vuelta en busca de algo más de ropa para el mercadillo y guiada por un tendero me adentré en un edificio a través de estrechos pasadizos. Cuando volví a salir de allí, con las manos vacía, pensé por un momento que podía no haberlo contado. Yo no soy una persona miedosa, pero estoy segura de que mi madre en su sano juicio no me habría dejado entrar ahí.

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Ese mismo día terminé con las clases de bollywood y conChikni Chameli, la coreografía que estábamos ensayando. Es un poco difícil practicar un baile de un estilo musical, mientras en la misma sala ( como mi comedor de grande) ensayan algo distinto. Es complicado hasta que os lo podáis imaginar, porque nunca os habréis encontrado con nada así. Pero sí, en el mismo momento, en el mismo sucio, pequeño y destartalado lugar, una docena de personas se pueden reunir para bailar 4 estilos musicales diferentes. A los hechos me remito.

El jueves, me fui de comida de reencuentro con las chicas, pues aquí siempre que unos llegan, otros se van y teníamos que ponernos al día de todo. Pasamos un rato de lo más agradable comiendo, charlando y tomando mojitos en el Kipling. Primer lugar en el que tuve el gusto de cenar en mi primera noche en Chennai, así que de alguna manera, puedo decir que cerré el círculo.

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Y por la tarde, tras terminar la compra del orfanato, recogí los libros, que sorprendentemente estuvieron listos a tiempo. Será que India está cambiando ahora que nos toca irnos…

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¡Ah! Y recordad que si queréis uno, me lo podéis pedir también por aquí.

El viernes, después de hacer entrega de la donación al orfanato, pude terminar con las compras del “Picu´s Indian market” y dejar todo preparado para la mudanza.

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Cuando han venido a por las cosas esta mañana, tenía los dedos cruzados para que todo cupiese. Pero finalmente, sí. Se han llevado todos los bultos, y si nada se tuerce, en 10 días estará en Valencia.

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Y ahora os dejo, que quedan pocas horas para la fiesta de despedida, y mucho por organizar.No os digo que me deseéis buen viaje, porque volando en business con Fly Emirates, sé por experiencia que se me va a hacer corto 😉

PD: Todavía sigo debatiéndome entre seguir con la Vida de Picu en tierras alemanas o no. Es que no lo veo tan interesting. ¿Sugerencias?

 

 

8 respuestas to “A TRES DÍAS DE IRNOS”

  1. Lomet junio 21, 2014 a 10:20 pm #

    Picuuu sigue en alemania please!!!

    • El violinista en el tejado junio 22, 2014 a 6:17 am #

      Yes , you should 🙂

  2. Ibon junio 22, 2014 a 6:54 am #

    Claro que tienes que seguir en Germany!! Alemania también is different!!

    • laurapicu junio 22, 2014 a 2:52 pm #

      ¡Different és…pero sin comparación con India! Esto más que diferente es otro mundo, jajaja. ¡Besos!

  3. Laura junio 22, 2014 a 6:42 pm #

    Quiero tu libro!!!!!!

    • laurapicu junio 23, 2014 a 3:22 am #

      ¡Claro, Laura! Y con una dedicatoria personalizada. En nada te lo doy, besitoooos

  4. Ana junio 23, 2014 a 1:25 pm #

    sí Picu, continúa. qué sentido tendría tu vida si no?

    • laurapicu junio 25, 2014 a 8:41 am #

      Quieres decir que si finalmente decido cortar con «la vida de pi(q)» debería plantearme también el suicidio, ¿no? jajajajaja

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